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Eventos de empleo: Aprendiendo para mejorar

Desde que la crisis nos pegó de lleno los eventos de empleo se han venido multiplicando. Los hay que nacen del propio compromiso de las personas y otros promovidos por administraciones o por organizaciones privadas. Eventos como ferias, exposiciones, talleres o networkings están presentes a lo largo del año en muchas ciudades de España.

 Estos eventos son realmente positivos, ayudan a las personas a acercarse a profesionales de recursos humanos, les permiten establecer nuevos contactos que pueden ser de interés y permiten, en definitiva, encontrar una idea o un apoyo con lo que mejorar lo que se hace en búsqueda de empleo. Además contribuyen a mantener la motivación y el impulso necesarios.

Pero no todos los eventos han venido a aportar. Hemos asistido a experiencias calamitosas e incluso a estafas, bien porque sólo respondían a objetivos de marketing (político, organizacional o personal) bien porque se trata de primeras experiencias a veces organizadas desde muy lejos de la actividad económica o con propuestas de poco interés.

Y alguna vez la cosa ha acabado en desastre, con muchas personas haciendo colas inmensas llenas de falsas esperanzas, sin recibir aporte de ningún tipo después de empeñar su tiempo, su dinero y sus energías. Esto, por cierto, ha causado mucho daño a aquellos eventos que aportan, que consiguen que las personas obtengan resultados de uno u otro tipo.

En mi caso concreto he participado en la organización de algunos eventos ligados más al compromiso con la situación que a ninguna otra motivación. Como participante hacía más de un año que no iba a ninguno. Tuve una última mala experiencia que me prometí no volver a sufrir. Daba una breve charla taller al inicio del evento y la cola que divisaba desde mi posición tenía el mismo inmenso tamaño cuando empecé que cuando acabé una hora después.

Pero en estos últimos meses del año me han dado la oportunidad de participar en un par de  eventos nuevamente. En ninguno de los casos había intermediación ni intercambio de CV, sólo citas concertadas, sesiones informativas y formativas con un público previamente confirmado e interesado.

El Foro de Intermediación de Santiago de Compostela fue uno de los que me dieron la oportunidad de participar. Un evento con las personas muy bien distribuidas en presentaciones, ponencias y talleres según sus propios intereses. Un evento con espacios reservados para poder hablar directamente con empresas y profesionales que aportan información valiosísima sobre el mercado de trabajo y los procesos de contratación.

Fue un placer participar pero, sobre todo, fue una grata sorpresa ver como se pueden crear foros que respondan a las personas que sufren el principal problema del país, sin utilizarlas y con el único objetivo de aportar.

El resultado, desde mi modesto punto de vista, es muy bueno. Eventos sin masificación en los que puedes conocer personas y acercarte a profesionales clave para tu búsqueda de empleo.

Ya en este mes de diciembre colaboré con un networking de pequeño formato, unas treinta personas y cuatro profesionales de selección y consultoría de RRHH.  Fue en Gondomar, un ayuntamiento cercano a Vigo, donde resultó muy grato comprobar el feedback final.

Así que en estos días en los que se anuncia el final de la PinkSlipParty, me ha parecido un buen momento para señalar las posibilidades que dan los eventos de empleo bien organizados. Experiencias como las que comento siguen siendo de mucho valor y muy necesarias para quien está en búsqueda de empleo. No hay que olvidar que a veces las personas desempleadas tienen la sensación de encontrarse en un inmenso desierto, muy alejadas del mercado de trabajo y de la actividad social en general. Foros como estos pueden jugar un papel fundamental en este sentido, además de contribuir a mejorar competencias como la comunicación y la presentación profesional.

Con objetivos definidos, dirigidos a mejorar la comunicación, los contactos y, en definitiva, a contribuir, se pueden organizar con muy buenos resultados. Sigamos proponiendo actividades en torno al empleo, pero fijémonos en los modelos que mejor resultan, aprendamos de las iniciativas más eficientes y no repitamos errores infames.

Orientación laboral y servicios de empleo

En estos tiempos de gran desempleo la orientación laboral no ha sido ajena a los cambios y a las pequeñas y grandes convulsiones sociales y laborales. De un tiempo a esta parte los servicios de orientación laboral, siempre denostados y poco valorados, se han convertido en servicios con demanda.

Hasta ahora muchas personas no ‘necesitaban’ acudir a servicios de este tipo. Sólo necesitaban un empleo y si el servicio de orientación no lo tenía, si no intermediaba directamente, no le aportaba nada. Nos encontrábamos con aquello de “buscar empleo es algo que ya sé hacer yo”

Con las inasumibles cifras de desempleo convirtiendo el tema en el principal problema de España, y de otros muchos países, la demanda de servicios de apoyo en esta situación se ha disparado. Se demandan estos servicios a colegios profesionales, administraciones y otras entidades. Y no sólo se demandan servicios de orientación laboral como hasta ahora, también servicios concretos que incluyen coaching, asesoramiento personalizado, búsqueda de contactos, formación para el cambio profesional y otros que hace un tiempo no se mencionaban.

 Es este un síntoma más de como ha evolucionado el mercado de trabajo, en el que no sólo hay que ser un/una excelente profesional, también es necesario poner en juego competencias transversales para lograr una presencia de mercado, un posicionamiento que mantenga el nivel de ocupabilidad. En este sentido se han multiplicado las demandas de servicios de coaching, de recolocación, de desarrollo profesional, de acompañamiento en la búsqueda, etc.

 En contra de esta necesidad manifiesta, los servicios de orientación laboral han venido perdiendo apoyo en la administración pública. Más allá de su privatización o del modelo de colaboración público privado, que se dibuja presupuestariamente pero que se va concretando lenta y desigualmente, lo cierto es que mientras aumenta la necesidad y la demanda, disminuyen los servicios.

Es verdad que la oferta o disminución de estos servicios ha sido muy desigual pues cada comunidad autónoma y cada entidad ha tomado sus propias decisiones. Y también la justicia las ha tomado.

 En Galicia se suprimieron en su totalidad en 2012, pero se mantienen los servicios de orientación concertados con entidades, que en ciudades como Vigo, la de mayor número de personas desempleadas en el territorio gallego, suplen la ausencia de respuesta.

En cualquier caso no quería hablar aquí de los detalles de ese escenario desértico en el que se han convertido los servicios de promoción del empleo. Pero si quería mencionar como, en el marco de ese desierto, es necesario redoblar los esfuerzos para conseguir un mínimo de eficiencia. Y de como no lo estamos haciendo.

Hasta en la comunidad de El País ha podido verse hace un tiempo una queja-descripción de como un servicio puede degradarse hasta convertirse en inútil. Y lo que ahí se menciona, concertar una cita para dar una cita, no es nada raro, cuando menos en mi entorno particular.

Igual que suceden muchas cosas que podríamos hacer mejor (no citar a personas con distintos/as profesionales, no tratar los Itinerarios Personalizados de Inserción como una prestación, reclamar el espacio y el tiempo que se precisa…). O, sencillamente, tener una actitud un poco más proactiva. No es necesario ni exigible que sean las personas las que tengan que conocer todos los procesos en los servicios de orientación, en los servicios públicos de empleo. No parece razonable que una persona pierda la antigüedad en su demanda, clave para algunas prestaciones, porque no se le informa correctamente. Y esto es algo habitual.

Es momento de hacerlo mejor, de darle más sentido y eficiencia a los servicios que se dirigen a las personas en búsqueda de empleo. Y también es un buen momento para intentar vencer la tradicional desconexión con el mercado de trabajo, con los departamentos de RRHH y con la actividad económica en general. Y de decir aquello que no funciona, aquello que no se hace bien y que debe cambiar.

Incluso es momento de explicar bien qué hacemos y qué podemos hacer por las personas y por el empleo, como hace +Miguel Ángel Alonso en uno de sus últimos post. Y no sólo de decirlo, si no de demostrar que los servicios de orientación laboral son capaces de hacer que la búsqueda de empleo sea más fácil, eficiente y efectiva.

Pero sobre todo es momento de implicarse y contribuir a trasladar la idea de que el desempleo es un problema de todos en el que todos tenemos que aportar. Un problema que tiene solución y que no debemos aceptar en las cifras con las que convivimos. Es momento de seguir el ejemplo de las personas que no se rinden. Estamos, por tanto, ante un reto profesional. Y puede abordarse sin perder el sentido del humor, claro está 😉