Arquivos mensuais: Xuño 2022

Lo que aporta reflexionar y conversar sobre empleo

Muchas veces he hablado en este blog y en otros foros sobre lo que aportan las sesiones grupales sobre empleo. En mi trabajo las sesiones en grupo de muy diversa índole (centros de FP, universidades, programas de empleo, proyectos de inclusión, talleres…) son muy habituales y son, sin duda, la actividad más eficaz de todas las que hago.

Lo sé porque paso la correspondiente evaluación en las que hago en mi entidad (online, buscando poner en práctica o adquirir competencias digitales) y también porque en todas hago preguntas informales durante cada sesión y al final de ellas. Y en esas preguntas finales siempre incluyo alguna más allá del propio contenido tratado: ¿ Qué os parece que hayamos conversado sobre empleo ? ¿ Os aporta algo ? ¿ Qué os aporta ?

Nunca he tenido una respuesta negativa o un grupo al que no le haya aportado. Todo lo contrario. Siempre recibo ese feedback que se refleja más en la cara que en las palabras, ese feedback que también emerge cuando las personas se quedan sentadas y dicen que tienen más preguntas y reflexiones.

Y no digo que funcionen así mis sesiones. De hecho creo que las mías tienen mucho que mejorar. Lo que digo es que todas funcionan.

Generar espacios para hablar de empleo es algo fundamental que no practicamos lo suficiente. Las personas necesitan (sí, necesitan y habitualmente demandan) poder hablar de un mercado de trabajo que desconocen (desconocemos), con datos e ideas que les permitan tener una perspectiva y mejorar su búsqueda de empleo o su desarrollo profesional

¿ Por qué hay quien sigue pensando que la orientación laboral es aplicar test vocacionales como a mí me hicieron en los 80 del siglo pasado? ¿ Por qué en algún momento decidimos que “lo del mercado laboral ya lo iría aprendiendo cada quien”? Todo esto es un error. Y tiene consecuencias.

Hace unos meses un nuevo estudio volvía a poner en valor la necesidad de conversar sobre el trabajo. Se trata de un estudio de la OCDE que afirma que la orientación mejora el futuro laboral de los adolescentes respaldando la conclusión con datos realmente contundentes. Ya no se trata solo de las posibilidades de encontrar opciones de empleo, se trata de mejoras relacionadas hasta con el nivel salarial. Hablamos de datos que nos muestran la orientación como un elemento clave en el desarrollo profesional de las personas.

¿ Por qué hemos renunciado aquí a todo esto, a las actividades claves que se muestran en el estudio ? No estoy seguro de saber la respuesta. Y creo que no es la pregunta que nos debemos hacer ahora. El hecho es que en “España menos del 10% del alumnado de 15 años ha realizado tres actividades clave para indagar sobre el mercado del trabajo frente al 20% de la media de la OCDE”.

La pregunta correcta es, creo, qué vamos a hacer para cambiar esto. Y aquí es donde, a mí modesto entender, la nueva Ley de Formación Profesional recientemente aprobada abre muchas posibilidades, concretamente para multiplicar las actividades de cooperación y complementariedad con otros servicios y administraciones.

Este nuevo marco parece una buena oportunidad para dirigir nuestra mirada a todos esos eventos que con tanto esfuerzo se realizan en los centros de FP, en las universidades o en organizaciones del tercer sector, incluso a experiencias de otros países que resultan interesantes y eficaces. Es más, es un buen momento para preguntarse por qué esas reflexiones, esas actividades de orientación y empleo no tienen cabida (o muy escasa ) en los Servicios Públicos de Empleo.

No quería acabar este escrito sin mencionar otro resultado del estudio de la OCDE que me parece muy pero que muy importante: Las experiencias laborales que los estudiantes adquieren a los 15 años influyen positivamente en su futuro laboral.

Como ya he comentado en este espacio en otras ocasiones hemos ido construyendo estudios (FP, Enseñanzas medias, Formación para el empleo…) cada vez más difíciles de combinar con experiencias profesionales. Bueno, en muchos casos resulta imposible combinarlas,

Quizá estamos muy lejos de la mentalidad danesa que en vez de obligar al reintegro de sus becas obliga a trabajar para poder cobrarlas. Pero, aunque no lleguemos a plasmar medidas como esa, sí deberíamos flexibilizar mucho nuestros contenidos y nuestras actividades buscando que quien estudia, especialmente las personas más jóvenes, también trabajen. Que no puedan hacerlo es, como decía, un problema a solucionar. Y de los grandes.