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Automatización y empleo

Hace ya un tiempo que se publicó el estudio de Deloitte en el que se afirmaba que uno de cada tres empleos en UK desaparecerán sustituidos por una máquina, especialmente aquellos empleos con las remuneraciones más bajas.

El estudio prevé la desaparición de estos trabajos en el plazo de veinte años. Pero para algunos de estos empleos la sustitución será más rápida. El primer supermercado con cajeros automatizados abrió en UK en 2009. Hoy no han hecho desaparecer al personal de caja de las empresas de distribución pero están presentes en casi todas las cadenas importantes. En menos de seis años nos hemos acostumbrado a su presencia.

Los ritmos de sustitución de las personas por soluciones tecnológicas podrán variar. Y seguro que en algún caso no serán los previstos. Pero a nadie se le puede escapar que este es uno de las grandes temas que enfrenta la sociedad de nuestros días en lo que refiere al mercado de trabajo. Para mi el principal junto al desarrollo demográfico mundial.

Como sabemos no ha sido la primera vez en la historia ni será la última en la que la tecnología cambie lo que hacemos y cómo lo hacemos. Pero si es cierto que el actual desarrollo tecnológico presenta características específicas como la rapidez del cambio o el inmenso abanico de profesiones a las que impacta la tecnología. Google ha anunciado que habrá coches no tripulados en cinco años, un periodo de tiempo ínfimo para un cambio de estas dimensiones.

Por otra parte aún nos queda una segunda ola de automatización. Se trata de la que afecta a las profesiones de mayor cualificación, las creativas, liberales o, como muchas veces se les ha llamado, las profesiones de “cuello blanco”. El estudio que mencionaba presenta un gráfico en el que la automatización impactará en los empleos de baja cualificación, dejando a un 51 % del empleo británico fuera de este riesgo de sustitución. Pero si tenemos en cuenta lo que aventura la tecnología y la innovación en general, todo apunta a una nueva automatización para funciones complejas.  Y parece que esos cambios en las actividades profesionales de mayor cualificación vendrán a la misma o a mayor velocidad que la que venimos experimentando.

 

 

Imprescindible adaptarnos. Cada profesión, cada ámbito profesional debe pensar cual es el impacto de la tecnología, cuales son las necesidades que crea y que tareas o funciones sustituyen. Y para eso es imprescindible mantenerse activo y en contacto con el mercado de trabajo

Algunas sustituciones que se anticipan pueden sonarnos un poco a broma. Pero lo que antes nos sonaba imposible es ahora, en muchos casos, una realidad. Y así parece ser que será la automatización que viene. Un automatización que dibuja un escenario en el que no se requieran humanos para la mayoría de los trabajos. Y esto precisa de nuevas respuestas de carácter social ( Estes es el sentido que muchos dan al concepto de Renta Básica Universal ) y económico (fiscalidad sobre los rendimientos del trabajo, por ejemplo), pero también de índole laboral como la necesidad de contar con una población formada y con las habilidades digitales necesarias para sobrevivir en esta realidad.

Los cambios que estamos viviendo y los que viviremos en los próximos años precisan diseñar medidas específicas en términos sociales y globales. No hacerlo no frenará los cambios y todo apunta a que acarreará muchas consecuencias indeseadas.

Nuevas herramientas muy útiles: Just1CV

Hace ya un tiempo que conocí Just1CV. Llegué a ellos gracias a Sergio Ibañez y desde esa he mantenido un contacto que me ha permitido valorar la propuesta y mostrarla en público en varias ocasiones.

El objetivo principal de esta nueva herramienta es el de solucionar el problema de introducir y actualizar constantemente el Curriculum Vitae en todos los portales de empleo, bolsas de trabajo, redes sociales y empresas, algo necesario para poder acceder a las distintas ofertas e incrementar oportunidades laborales.
Pero ellos lo explican mejor:
” La idea de negocio, planteado sobre un modelo SaaS (Software As A Service), nace del tiempo y esfuerzo que sus propios creadores invertían en realizar nuevos registros en cada portal o empresa donde querían lanzar su candidatura. Después de estudiar su viabilidad tanto técnica como de acogida en el mercado a través de encuestas a conocidos y amigos, se han decidido por llevarla a cabo con el objetivo de que sea una referencia entre las plataformas de gestión de curriculums y el nexo de unión principal entre las diferentes empresas, entidades y agentes de este sector.
La plataforma de Just1CV, además de permitir importar y exportar el Curriculum entre redes profesionales, portales de empleo, bolsas de trabajo y administraciones, también permite otras funciones como modificar el documento a otros formatos y diseños, adaptarlo rápidamente a una oferta determinada, vigilar desde un único sitio todas las ofertas de empleo, estar al tanto de jornadas, talleres y concursos o mejorar la imagen de marca personal a través de un espacio web, recursos muy utilizados actualmente en las esferas digitales.”
He venido presentando su propuesta en las últimas semanas y ha tenido muy buena acogida. La verdad es que resuelven un problema muy común. Une idea útil que responde a una necesidad manifiesta. Genial !
Si quieres saber más, visita www.just1cv.com

La orientación laboral y el respeto al cliente

Hace tiempo que quería volver a escribir acerca de como las personas en búsqueda de empleo se enfrentan a una problemática añadida a la propia de la situación de desempleo: la falta de recursos hoy en día necesarios para revertir la situación.

Me refiero a las personas que buscan empleo y que utilizan los servicios de orientación laboral, mis clientes más habituales.

Y es que, además de la propia situación de desempleo, las personas se enfrentan hoy a serias dificultades para encontrar recursos que les ayuden, cuando menos, a mejorar sus opciones de acceder a un empleo.

Resulta complicado hablar de las personas en situación de desempleo sin caer en la demagogia, sin llegar a transmitir la idea de que la situación no se puede modificar o que se depende “exclusivamente” de recursos que un tercero no oferta. Cuando menos a mi no me resulta fácil. Pero en estas últimas semanas he mantenido algunas conversaciones que me han animado a escribir sobre las personas en búsqueda de empleo y sobre los servicios que sufren.

Una de esas conversaciones ha sido (y sigue siendo) con un compañero del Ministerio de Trabajo, de los empeñados en mejorar los servicios que se ofrecen. De esas personas que van mucho más allá de lo que se les exige, un verdadero profesional que no hace otra cosa más que aportar y tratar de mejorar. Con él he venido hablando sobre la situación en las oficinas de empleo. Yo suelo comentar mis más negativas experiencias y él los cambios más positivos que se han ido introduciendo y los beneficios cara a las personas.

Mi argumento suele centrarse en cómo se perciben las oficinas de empleo. En mi universo de clientes resulta una anécdota aquellos que ven en la oficina de empleo un lugar útil, un lugar que les aporte o les respalde. Todo lo contrario.

Estos mismos días he dejado de hacer la orientación laboral que venía haciendo para el Servicio Público de Empleo de Galicia. Como muchas otras veces en este Guadiana que son los servicios de orientación, no se avisa a nadie, ni siquiera a aquellas personas con las que existen planteamientos a medio plazo de cierta intensidad. A nadie.

No es novedad. Otras veces ha sucedido esto en nuestro pasado reciente. Es fácil encontrarse con personas que han pasado por cuatro entrevistadores diferentes en un año. Y así es muy difícil mantener una mínima consistencia en un trabajo planificado, acordado y con un gran compromiso emocional. La imagen de marca es nefasta. El resultado es una completa falta de compromiso por parte de las personas, una respuesta desganada y una infravaloración de los aportes que la orientación laboral y los servicios públicos de empleo en general pueden hacer. Es justo lo contrario de lo que se hace en otros países donde se invita a reclamar servicios eficientes y útiles a los clientes, generando una relación de compromiso con un servicio público que busca aportar y ser eficaz.

Este escenario se debatía en Linkedin hace muy poco. Una vez más se trataba de experiencias poco positivas que hacen un flaco favor a los servicios públicos de empleo.

Ahí insistí en la idea de cómo vienen siendo tratados los servicios de orientación laboral y los servicios públicos de empleo en general: “vienen siendo denostados, arrinconados, infravalorados y desprofesionalizados desde hace tiempo”. En una oficina de empleo hay más personal administrativo que orientadores/as contactados/as con empresas y con el mercado laboral en general.

Además, la administración pública no capitaliza lo que va aprendiendo, renuncia a la profesionalización de los servicios que tratan de responder a las personas en búsqueda de empleo. En las oficinas hay excelentes profesionales, algunos/as verdaderos referentes para mi. Personas con mucha experiencia, capaces de dar soluciones mientras se enfrentan, a pie de calle, a nuestro principal problema. Pero, como decía en el debate, a esas personas no les preguntan, no vaya a ser que digan de hacer las cosas de otra manera 😉

Sin ninguna intención demagógica creo que se puede afirmar que el resultado de todo esto es dramático:

  • La oferta formativa es claramente insuficiente. Acceder a formación de valor es, demasiadas veces, un proceso largo, extremadamente difícil. A las personas en desempleo les cuesta muchísimo en este momento poder llegar a un recurso tan básico y clave como la formación.
  • No solo se gestionan pocas ofertas, se gestionan mal, sin información concreta sobre el empleo, el empleador y demás. Tengo varios ejemplos de respuestas gloriosas cuando una persona se acerca a preguntar por una oferta que tramita el propio Servicio Público de Empleo.
  • No existen los centros de recursos donde las personas puedan ahorrar costes y tratar de ganar en eficiencia en su búsqueda. Me refiero a lugares para utilizar un teléfono, internet… y donde contar con asesoramiento especializado y conectado con el mercado de trabajo, tal y como puede suceder en los Jobcentre Plus ingleses.
  • En mi entorno concreto el acceso a orientación laboral individualizada y continuada en un marco de tiempo concreto no es un servicio rápido ni dinámico ni efectivo.

Así que las personas no van a una oficina de empleo a no ser que las llamen, las citen o tengan que “sellar”. En mi trabajo diario no me encuentro, en general, con personas que acudan de motu propio a una oficina de empleo.

Primero no saben a qué exactamente, qué pueden obtener. Segundo, no se sienten amparadas. No sienten que allí haya servicios que puedan aportarles información o recursos que les sean útiles, no sienten que estén de su lado, que les respalden y motiven. Aún estamos algo lejos de que una oficina de empleo nos reciba como en este Jobcentre Plus londinense.

 

Pero la realidad es persistente y el papel de la orientación laboral acaba apareciendo aunque sea por necesidad. El programa de Garantía Juvenil que acabamos de solicitar en el marco europeo vuelve a situar la orientación laboral como su primera medida. La primera y fundamental medida para poder conocer con quien se va a trabajar, para poder conocer a los jóvenes que van a participar.

Y es que no puede ser de otra forma. La orientación laboral y la educativa vienen consolidándose en el marco europeo por su utilidad y sus aportes. Así se viene entendiendo en Europa y en España, donde figura como la primera de las áreas de trabajo de la actual Estrategia española para el empleo, el marco normativo de coordinación y ejecución de las políticas activas de empleo. ¿ Por qué nos empeñamos en no cumplir lo que ahí se establece ?