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Un mercado laboral sin muchas alegrías

EU2020-Infographic-TotalEmploymentRateHace unos días @yoriento publicaba un artículo en el que comparaba el actual mercado laboral con el que teníamos en España en 1986. Y es que en este 2016 se cumplen 30 años de la entrada de España en la CEE. Si, se llamaba CEE y eso ya da una idea del tiempo transcurrido.

En realidad él se hace la pregunta de cómo éramos y cómo somos. Pero yo me lo tomo en términos comparativos. Entre otras cosas porque no coincido con la conclusión, que tenemos un mercado de trabajo mejor. Me parece que tenemos un mercado diferente con problemas más serios que enfrentamos peor.

Es verdad que el aniversario de la entrada en lo que ahora es la Unión Europea permite realizar una visión con perspectiva. Pero el ejercicio comparativo no parece fácil. La Epa ha cambiado (fundamentalmente sus conceptos, con lo que comparar se hace complicado) y en aquel momento no se pusieron objetivos en el ámbito del mercado laboral, algo que si se estableció en la estrategia de Lisboa (indicadores incluidos) y que si permitiría una evaluación de lo conseguido. Aunque mejor no hacerla porque en ese caso las conclusiones son desalentadoras.  Se pretendía una tasa de empleo del 70% en 2010, algo realmente ambicioso pero que a finales del pasado año era una realidad para el conjunto de la UE y que varios países ( UK, Lituania, Suecia, Estonia…) superan. No es el caso de España.

Aunque nunca hemos logrado ni aproximarnos al objetivo ahora nos hemos puesto uno mucho más ambicioso, llegar al 74% en el 2020. El caso es que cerramos 2015 con un 62% de personas activas trabajando. Entre otras cosas, nos resulta muy complicado subir este porcentaje porque no somos capaces de generar empleo para las mujeres.

Con esto no quiero criticar el ejercicio de Alfonso. Solo, como anticipaba, mostrar mi discrepancia con la conclusión. Ni siquiera con sus datos. Como bien menciona, algunas cifras del mercado laboral español son realmente mejores. Por ejemplo, las que refieren al número total de personas que trabajan o al número de mujeres que se han incorporado a la actividad laboral (reconocida en cifras y cotización, trabajar y aportar lo han hecho siempre, obviamente). Pero es que ante esto, a mi, no me sale otra cosa que no sea ¡¡ Es que solo faltaría !! Si en el año 1986 comparara con 30 años antes, también apreciaría mejoras sustanciales, aunque sería un ejercicio más difícil por la falta de información. De 1956 lo que más se recuerda es el frío

Aún así echo de menos muchas cosas de aquellos años ochenta. Creo que en esa época se encaraba el futuro con ambición e ilusión y con objetivos comunes, cuando menos en lo social. Queríamos vivir mejor, con mejores trabajos y menos pobres, una huida de la pobreza y la ignorancia que nos viene caracterizando desde décadas atrás. Hasta ahora. En nuestros días parece que lo importante es decir que nos va bien y evitar problemas que, como los del mercado de trabajo, son de todos, nos afectan a todos.

El mercado laboral ahora no es mejor. Antes el trabajo era una garantía para salir de la pobreza o, dependiendo del caso, una garantía para que las personas pudieran realizar su proyecto de vida. Hoy no es así. El trabajo no garantiza salir de la pobreza y no permite la autonomía vital que todos buscamos y necesitamos. Para que un joven pueda independizarse debería ganar un 95,44% más de lo que cobra en la actualidad. Atención a la cifra. Hablamos de duplicar el sueldo. Una barrera inexistente décadas atrás, a pesar de que las tasas de desempleo fueran similares o que en este momento el número de jóvenes sea menor, algo que también es una muy mala noticia.

De la misma forma nos hemos convertido en el tercer país de la UE ( una organización mucho más amplia que la de aquel entonces ) en cuanto al número de trabajadores pobres (en cifras del Ine el 11,7% de los activos y el 14% según Cáritas). Un drama que a nadie parece importarle mientras navegamos por la borrachera de las tasas de desempleo que suben y bajan mensual o trimestralmente. Ese efecto alcohólico es el que debe estar detrás de que cuando nos acercamos a una tasa menor del 20% lo consideremos un éxito a celebrar.

A esto podemos sumarle que desde la reforma laboral de 2012 se ha incrementado la contratación a tiempo parcial y no hemos bajado la temporalidad, pero si la tasa de protección por desempleo. Con todo, lo que se dibuja es un escenario con más personas cotizando pero en el que se recauda menos.

Y no solo ha cambiado el mercado laboral, también las cifras y los indicadores que deberían importarnos, como el PIB. Si no aumenta el Pib no se genera empleo.

El problema en España es que aunque aumentamos nuestro Pib el empleo no crece, cuando menos de forma proporcional. Y esto debería llevarnos a concluir que en el mercado laboral tenemos problemas que no se reducen a la necesidad de crecimiento. Por no decir que podría llevarnos a concluir que el PIB ya no es un indicador válido pues está desvinculado del factor trabajo.

Así que vivimos un mercado laboral y una sociedad desigual  mientras miramos hacia otro lado, hacemos brindis al sol y reducimos los recursos para enfrentar la situación. En este sentido, volvemos a enfrentar la pobreza como hemos hecho hace muchos años, sin demasiados pasos adelante. Hasta las agencias de rating señalan que la pobreza de una población envejecida será el verdadero problema de España de aquí a 2050. Y, aunque la población cotizante aumentó, menos de dieciocho millones de personas, es claramente insuficiente, especialmente si, como decía en los párrafos anteriores, se recauda menos.

Tenemos un alto riesgo de pobreza en las personas de más edad y en los parados de larga duración, otro fenómeno imparable con unas medidas absolutamente desproporcionadas. Y no quiero profundizar en el fenómeno aquí, solo quiero señalarlo en su relación a la pobreza pues me parece que muestra muy bien a qué tipo de cambios nos enfrentamos en el mercado laboral y en la sociedad en general: automatización, cualificación, inestabilidad…

Así que no, no creo que podamos afirmar que tenemos un mercado de trabajo mejor. Y con esto no quiero ser pesimista. Todo lo contrario. Creo que ese afán de mejora que se vivió en otros momentos de la historia reciente de España partió del reconocimiento sincero de “quienes somos, dónde estamos y a dónde queremos ir”. Y me da la impresión de que en este momento esto no se da. Especialmente el plural inclusivo. No reconocemos qué es lo que debemos mejorar, a dónde podemos llegar y quienes lo vamos a hacer. Y eso que, desde mi punto de vista, está bastante más claro. Se trata de generar un mercado de trabajo competitivo, donde las personas puedan tener oportunidades conforme a sus méritos y de generar una sociedad que tome medidas inmediatas contra la pobreza, especialmente la de nuestros jóvenes y la de nuestros mayores. Pero esto no sucede porque también falta cierto compromiso social, algo que ha desaparecido. Nos mantenemos impávidos mientras no se enfrenta el principal problema de nuestra sociedad.

Un par de ejemplos rápidos. Uno de los principales problemas del desempleo es la cualificación, la formación. Pues bien, en mi ciudad, en Vigo, la ciudad con más desempleados de Galicia aún no se ha puesto en marcha ni una sola acción de formación dirigida a las personas desempleadas. Estamos en mayo y no pasa nada, a nadie parece importarle que lleguemos a pasar medio año sin hacer nada por mejorar la formación de las personas en búsqueda de empleo. Aunque en el 2015 no hubo convocatoria de planes de formación por parte del Ministerio y tampoco pasó nada. Así es como enfrentamos nuestros problemas. Se los dejamos a Telefónica o a Google, que proponen excelentes ideas pero, obviamente, insuficientes.

No, no todo sigue igual. Y no lo digo a modo de queja. Lo digo porque no solo no podemos congratularnos, debemos realizar cambios radicales ( y exigirlos a quienes tienen responsabilidades para hacerlos) que enfrenten estos problemas, problemas realmente complejos y de dimensiones importantes.

Acabo volviendo a Europa, a esos 30 años que llevamos en la UE. Yo si quiero estar en Europa. El problema es si yo me reconozco en la Europa que dibujamos entre todos. Y no, en muchos momento no me reconozco. Ni me reconozco a mi ni reconozco a la vieja Europa. Es más, no sé dónde está.

El todo vale de las políticas de empleo

Hay quien considera que los grandes cambios de estos años en el mercado de trabajo no afectan a una importante parte de la población o que les resultan ajenos a algunos sectores o actividades. Me refiero a los grandes cambios que se derivan del impacto tecnológico (las sustituciones avanzan veloces), de las propuestas de la economía colaborativa, de la digitalización o del envejecimiento de la población que dibuja un futuro bien distinto para el 2030. Y me refiero en concreto a quienes piensan que las personas desempleadas podrán encontrar empleo como venían haciéndolo.

Con esa forma de pensar mantenemos las propuestas y los servicios de promoción del empleo, insistiendo a las personas en que busquen lo que no existe, de formas que ya no funcionan aunque eso justifique nuestro trabajo y parezca  que justifica el de las personas.

Para mi no es así. Vívimos ya en un mercado de trabajo difícil de reconocer comparado con el de una década atrás. Los cambios son profundos y no siempre positivos. Y con el mercado de trabajo también ha cambiado la búsqueda de empleo. Nunca fue echar curriculums, pero ahora mucho menos.

Por la contra muchas de las actuaciones que promovemos para apoyar a las personas en búsqueda de empleo no han cambiado. Es más, tenemos un sistema de control que especifica el número de CV que hay que “echar” para justificar que se busca empleo. Independientemente de que esta práctica reciba críticas desde el propio ámbito de RRHH, es de sentido común que pedir que nos sellen la entrega de un Cv o solicitar un justificante por una entrevista no parece que sean acciones que vayan a contribuir positivamente. Pero, en la linea de lo que decíamos, tampoco queda nada claro que estas justificaciones sean mínimamente efectivas. Las personas no encuentran empleo así. Las personas suelen enfrentar situaciones mucho menos estandarizadas y difíciles como trabajar sin cobrar y sin contrato, a modo de prueba. O como sucede en Inglaterra con el contrato de zero horas, cada vez más extendido.

Como criterios para justificar que alguien busca empleo tampoco parecen muy ajustados. Muchísimas personas pueden presentar estas justificaciones y no por ello realizar una búsqueda de empleo constante y mucho menos acertada. Es decir, no por ello están llevando a cabo acciones que realmente les puedan mejorar sus perspectivas de empleo. Si queremos buscar esto, que deberíamos, habría que pensar en las posibilidades de contar con una plantilla en la que los profesionales de orientación sean protagonistas.

Pero no es así. El Servicio Público de Empleo se gasta 243 millones anuales en una plantilla que sigue creciendo. Pero es incapaz de dar servicios útiles a sus clientes. Sólo control y personal administrativo. Así no es de extrañar que quien colabora con los servicios de empleo acabe llamándole orientación laboral a cualquier trabajo administrativo, como se ve en esta oferta que no solo es real, también incomprensible. Cuando menos, yo no la entiendo. Pero es un claro ejemplo del todo vale en el que se han convertido los servicios de empleo y los de orientación específicamente.

En este año he tenido que ayudar a distintas personas a justificar sus búsquedas de empleo para solicitar la Rai u otras prestaciones. En muchos casos lo realizado y estos criterios tienen difícil encaje. Hay personas que están muy alejadas del mercado de trabajo y se han centrado en formarse fuera del Servicio Público de Empleo. Otras deben pasar por una recuperación emocional o cubrir previamente aspectos que refieren a sus competencias básicas, las digitales sin ir más lejos. Y casi nada de esto se hace en el paraguas del Servicio Público de Empleo, algo que se pide en la relación de actividades a justificar.

En el ámbito del emprendimiento, por ejemplo, se menciona que contarán acciones de formación e información. Pero yo tengo el caso de una chica que ya ha ganado un par de pequeños premios de emprendimiento a la que estas acciones no le han sido suficientes. Y eso que trabaja por horas en verano y trata de combinar el desarrollo de su idea con la entrada de dinero por cuenta ajena. Hace un trabajo intenso. Mejorable y muy necesitado de cambios, pero intenso, constante y de mucha presencia social. Pues ni con los premios. Para ella no fueron justificación suficiente.

Por cierto, estas prestaciones o programas ligados a prestaciones también participan de la confusión y han situado el concepto de persona desempleada de larga duración en un depende.

Desde hace muchos años todos entendíamos que una persona pasaba a estar en situación de desempleo de larga duración cuando pasaba un año sin trabajar. Incluso se concretaba el concepto diciendo que trabajar 90 o más días en un periodo de 365 hacía perder la condición de parado de larga duración. Pero ahora ya no es así. Ahora depende del programa, pues en el Prepara, en la Rai o en el Programa Extraordinario de activación se dicen cosas distintas. Para mi los conceptos son importantes y no deben saltar por los aires por mucho que aumente la población en desempleo en esta situación. Es más, el INE cuenta con una definición fácilmente respetable en términos de gestión, sin necesidad de ahondar en este todo vale que pretendo señalar. En el caso que menciono hubiera sido suficiente con especificar más y mejor los criterios concretos sin mencionar nada de “parado/a de larga duración”. Y en el caso específico de los parados de larga duración, un gran y difícil problema de nuestro mercado de trabajo, estaría muy bien seguir las recomendaciones que recientemente ha dado la Comisión Europea en forma de tres medidas concretas.

Con todo, no se ve que adecuemos ni los sistemas de control ni los servicios de apoyo a lo que entendemos que están necesitando las personas y el mercado de trabajo. En julio se aprobó un nuevo Plan Anual de Empleo  y en los Presupuestos Generales del Estado parece que se incrementa la inversión. Pero solo parece. En realidad el peso presupuestario de las Políticas Activas ha caído del 0,7% del PIB al 0,4%. Una inversión escasa e incomprensible tratándose del principal problema de los españoles. Igual de incomprensible que la falta de nuevas propuestas organizativas, especialmente las que deben situar a la orientación en el lugar que le corresponde.

Un tiempo de cambios tan grandes siempre es un buen momento para recuperar el para qué hacemos las cosas y el conocimiento de a quién se las dirigimos. La apuesta pasar por contar con profesionales de la orientación para conocer con más detalle con quién trabajamos. Profesionales con recursos legales que les permitieran manejar las prestaciones con cada uno de sus clientes, independientemente de que estén en un programa o no.

El control de las prestaciones es imprescindible y debe mejorarse. Pero también es cierto que debemos mejorar las propuestas y los servicios que ofrecemos. Yo sigo echando de menos propuestas de dinamización, foros, apoyos individuales y, si, formación. Sé que es costosa pero debemos ver de una vez cómo en otros países se arman de inventiva para contar con una oferta formativa mayor. No pondré ejemplos. En este blog he hablado otras veces de lo que se hace en Austria, del sistema de orientación de Dinamarca o de cómo funcionan los programas de formación y de contratación de aprendices en UK. No todo es trasladable y no todo funciona bien. Pero si podríamos probar opciones que funcionan en otros territorios. Y no por que sí. No es una cuestión banal. A pesar de la recuperación, nos enfrentamos a un escenario en el que parece que tendremos que vivir con altísimas tasas de desempleo. Justo a esto es a lo que habrá que dar una respuesta más adecuada que la que hemos dado hasta ahora, demasiado centrada en las poco efectivas ayudas a la contratación.

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Profesionales para encontrar recursos de empleo

Me gusta hablar de empleo, del mercado laboral y de como las personas interactúan y se desarrollan en ese escenario. Pero nunca he sido demasiado bueno a la hora de contar con recursos directos para la búsqueda de ofertas. Me refiero a identificar, clasificar y ofrecer contactos con empresas e intermediadoras con opciones de empleo. Por decirlo de alguna manera soy más de discurso que de recurso.

A esto hay que sumarle que siempre he visto a muchos/as compañeros/as, identificar, ordenar y ofrecer recursos de forma espectacular. Siempre he visto personas infinitamente mejores que yo haciendo este trabajo. Y cuando esto sucede creo que lo mejor es aprovecharlo, potenciarlo y difundirlo.

Lo mismo me sucede en el escenario digital. Veo como otros profesionales comparten recursos para la búsqueda de empleo que son realmente útiles. Por eso me apetecía reconocer su inmenso trabajo que hoy es una referencia para mi.

Por supuesto que no están todos los que son. Aquí solo hay una pequeña muestra. Son algunos a los que sigo muy directamente, que me ayudan a conocer mejor el mercado laboral y a ofrecer información útil y práctica a mis clientes.

Algunos de estos profesionales también dedican un buen tiempo a hablar de empleo en términos generales, a hablar del mercado y de cómo lo enfrentan las personas. Pero en sus espacios siempre incluyen artículos con recursos muy interesantes:

Belén Claver Grados habla de empleo, de RRHH, del mercado de trabajo y de cómo enfrentarlo. Muchos de sus artículos refieren a recursos útiles para identificar ofertas de empleo y organizaciones a las que acercarse. En este artículo reciente agrupaba recursos web para médicos y sanitarios. Me gusta mucho su oferta de servicios profesionales.

Israorienta suele mencionar numerosos y variados recursos para la búsqueda de empleo. Este año publicó una completa recopilación con 100 enlaces para la búsqueda de empleo en navidad.

Alberto Galera García publica oportunidades laborales, así como convocatorias de becas, programas, oportunidades de formación y recursos relacionados.

Luís Vallejo Aparicio es el responsable de dondehaytrabajo que, tal y como dice el nombre, transmite que hay muchísimo trabajo detrás. Publica ofertas, recursos y un buen número de informaciones útiles. Me encanta la labor y la constancia de Luís.

Lourdes Díaz Fajardo es otra profesional de la orientación laboral que aporta mucho de su saber en lo que refiere a cómo enfrentar el mercado laboral. En su blog cuenta con una sección específica para las ofertas de empleo. No hace demasiado compartía la llamada de una empresa on line dedicada a ofrecer servicios de limpieza y servicio doméstico. Con la de tiempo que yo me paso convenciendo de que si, de que la digitalización ha llegado a todas las profesiones. Bueno, a estas de servicios especialmente…

Otros profesionales se centran casi específicamente en el objeto de este artículo, en recopilar recursos e informaciones de utilidad práctica inmediata para la búsqueda de empleo. Claro que alguna vez muestran sus opiniones o consideraciones profesionales, pero una gran parte de su trabajo se centra en esos recursos tan necesarios para la búsqueda de empleo.

Juan Martínez Salinas conversa en la red de forma incesante. Y, claro, toca muchos “palos”. En su blog propone buenas preguntas para ayudar en búsqueda de empleo y desarrollo profesional. A mi me gustaría señalar aquí su inmenso trabajo por difundir recursos prácticos, especialmente en Twitter

Además Juan Martínez forma parte del blog colaborativo blogempleo.com junto a Sergio Ibañez y Marta Mouliaá. Desde el blog puede enlazarse a ese inmenso contenedor de recursos que es 5campus.org con cerca de ocho mil enlaces disponibles.

En esta entrada me gustaría hacer una mención especial a las posibilidades que brinda Pinterest. Muchas personas utilizan esta red a modo de contenedor de recursos, o cuando menos algunos de sus tableros por lo que  es realmente fácil encontrar información con utilidad práctica. Con una búsqueda sencilla ya se obtienen resultados, encontramos tableros llenos de recursos útiles.

Y, claro, aquí se abre todo un mundo de opciones que cada quien debe concretar según sus objetivos, sus criterios, sus gustos…

En Rioja Abogados se encuentran varios tableros dedicados a ofertas de empleo, y recursos en general. Detrás de todo este trabajo encontramos a Susana Busto.  Otras excelentes profesionales que también publican ofertas de empleo son Silvia Palomino y Cèlia Hil. Además algunas intermediadoras o empresas de selección empiezan a animarse a utilizar Pinterest, como Infojobs que cuenta con un tablero específico para ofertas de empleo en otros países, aunque le falta desarrollo para lograr un contenido dinámico y realmente útil.

Para acabar me gustaría mencionar de forma especial el impresionante trabajo de Luís Castro Lorenzo en  Marcaempleo. Este espacio está claramente dedicado a facilitar la búsqueda de empleo y creo que no siempre se le reconoce lo suficiente. Él mismo lo cree pues encuentra su trabajo utilizado sin ningún tipo de mención. Para mi es ya un recurso principal en mi quehacer profesional, me resulta muy útil y a mis clientes también. Así que, ¡¡¡¡ muchas gracias Luís !!!!

Y no me alargo más. Decía que no tenía intención de mostrar a “todos los que son” y no voy a extenderme con una larga lista de recursos y profesionales que sería poco útil. Solo pretendo reconocer a algunos de los que tanto aportan a mi trabajo diario, ilustrativos ejemplos de lo que la implicación, la colaboración y el compromiso profesional pueden llegar a conseguir. Y, de paso, contribuir con referencias prácticas.