Educación, formación y su relación con el empleo

Asistimos a tiempos de cambios profundos que sumados a la situación de crisis económica configuran un escenario social y económico muy inestable.

Es difícil prever como puede resultar el escenario de la actividad económica dentro de unos años: ¿Cuáles serán las necesidades concretas de las empresas? ¿Cuáles serán los aportes de valor de las personas? ¿Qué relaciones laborales tendremos? ¿Cuáles serán los elementos con mayor valor añadido? ¿Qué marcará la diferencia competitiva?…

En algunos casos podemos apuntar previsiones más o menos justificadas en función de lo que estamos viviendo: que el impacto de la tecnología será cada vez mayor y producirá cambios constantes, que el talento de las personas será el elemento diferencial en la actividad económica o que las competencias soft serán determinantes a la hora de mantenerse en el mercado de trabajo.

Sin embargo hay otras características que son ya evidentes pero que aún encuentran oposición o generan cierta duda. Estoy pensando en la relación cualificación / formación y posibilidades de trabajar, en la relación entre la educación y el empleo.

A pesar de que nuestros mayores nos han repetido que estudiar es la llave de un futuro mejor, siempre ha habido personas que se esfuerzan por demostrar lo contrario. El valor de la formación, del saber hacer y del esfuerzo que implican, no está lo suficientemente extendido.

De hecho la infravaloración de la formación adquirida es algo que en mi actividad profesional está muy presente. Me refiero a personas, incluido el personal técnico, que sostienen que es positivo rebajar el perfil formativo para poder trabajar, para optar a un empleo de menor categoría profesional.

Como bien demuestra mes tras mes German Diz en su blog, en el mercado laboral español la relación entre el nivel formativo y las posibilidades de conseguir o mantener un empleo son una evidencia. A mayor nivel formativo menos tasa de desempleo. En la última Epa las personas con FP o titulación universitaria padecen un 19% de desempleo frente al 53% que sufren las personas que tienen la Eso o menos. Además en el último trimestre se han perdido 239.300 empleos de personas que sólo tienen la Eso o menos frente a los 81.900 empleos que se han perdido entre quienes tienen una FP o un nivel superior.

Otros muchos informes respaldan esta idea, como un reciente estudio encargado por la Universidad de Vigo que mostraba como el 76% de sus titulados lograban mantener el empleo en unos años verdaderamente complicados, del 2007 al 2009.

En Europa pasa algo similar. El desempleo de las personas con baja cualificación duplica al de las personas con un nivel superior a secundaria y casi triplica al de las personas con los niveles competenciales más altos.

En USA acaban de bajar su tasa de desempleo. En los estados con menor tasa de personas licenciadas el desempleo es más alto y, obviamente, a menor  número de personas tituladas, mayor número de personas desempleadas. Como dijo Obama en su discurso a la nación en 2012, en los próximos años casi la mitad de los empleos que se generen precisarán educación superior. Y así parece que está sucediendo.

Ante tanta evidencia no parece que tratar de abandonar o esconder las titulaciones universitarias, la formación específica y cualificada, sea el mejor de los pasos para acercarse al empleo.

Los problemas son otros y estas decisiones no nos llevan más que a competir por el 15% de las ofertas de empleo, el pedazo de tarta más pequeño, como se señala en el cuadro que encabeza el texto y que fue publicado hace ya años por el Cedefop. Los problemas son otros, numerosos y complejos, pero otros. Y parece que redefinir lo que ofrecemos, el como lo ofrecemos y a quien se lo ofrecemos puede ser una respuesta más efectiva en este nuevo mercado laboral.

All work and all play – subtitulado en español from Box1824 on Vimeo.

Aprendices: Algo que nunca debimos perder y debemos recuperar

Mi primera experiencia laboral fue en un programa de aprendices clásico, con un año de contratación ligada al trabajo en pareja con un profesional, alguien que no sólo te enseñaba ‘qué hacer y cómo hacerlo’ si no que te introducía en la cultura de la empresa, en la del trabajo en general, en la del esfuerzo.

La figura del aprendiz y los programas de este tipo han desaparecido del mercado laboral español. O, más correctamente dicho, se han ido sustituyendo por modelos de contratación (el contrato de formación), subvenciones y otras alternativas como las recientemente aprobadas en el Real Decreto-ley 4/2013 de estimulo al crecimiento al emprendimiento y al empleo.

Pero en realidad hemos ido cavando una zanja cada vez más ancha entre las personas jóvenes y las empresas. Las experiencias en las políticas activas de empleo no pueden ni aproximarse al papel que siempre había jugado la figura del aprendiz. El papel de las empresas como entidades socializadoras en España ha desaparecido o, como digo, ha sido sustituido por contratos de formación que sólo han traído precariedad en una tasa de desempleo juvenil de dimensiones inaceptables.

Ciertamente el fenómeno del desempleo juvenil es problema global que presenta cifras aterradoras en todo el planeta (UKFinlandiaDinamarcaSueciaUSATurquíaZona EuroAsia) y parece buen momento para aportar ideas. De hecho estamos en un momento de propuestas para combatir el desempleo, especialmente el juvenil. La UE, este Gobierno y otros, los agentes sociales u organismos como la OIT están sugiriendo iniciativas para luchar contra un fenómeno con unas dimensiones a las que no encontramos antecedentes.

Por otra parte el fenómeno tiene escala mundial por algo. Tal y como apunta la OIT estamos ante un reto que, en mi modesta opinión, está directamente relacionado con los rápidos e inmensos cambios socioeconómicos que se están produciendo en un escenario impactado por las TIC. Un escenario inestable y en cambio continuo que hace caducar competencias en tiempo record. En este sentido a la gente más joven la ha cogido en una encrucijada. Se han formado para dar respuestas a preguntas que puede que hayan cambiado.

Pero no querría ahondar en el tema, tremendamente interesante, de las causas o de las características del fenómeno. Sólo quería volver a insistir en la necesidad de realizar propuestas concretas, más allá de las legislativas o de otras de carácter más amplio.

En el blog ya se ha mencionado la figura del aprendiz y su papel en economías próximas. Y este es el planteamiento que si me gustaría comentar porque sigo pensando que sería positivo recuperar la figura. De hecho algunas iniciativas de la nueva FP dual van en este sentido.

Pero fuera del marco de la FP y del contrato de formación, que después de su regulación en noviembre será difícil que cumpla la mencionada función socializadora, sería muy positivo recuperar el papel formador y socializador de las empresas. Incluso, si atendemos a que el 80% de las personas en desempleo tiene la Eso o menos, podría pensarse en un programa de aprendices como respuesta específica.

Pero, en cualquier caso, sería suficiente con incorporar a las empresas, con volver a contar con su participación directa. La misma concepción de la FP dual alemana parte del papel de sus Cámaras de Comercio, verdaderas gestoras de las oportunidades de ejercer como aprendiz en la empresa. Este papel es el que creo que debemos recuperar el de las empresas como verdaderas ofertantes de puestos de aprendiz, que validen la formación in situ y con el acompañamiento de profesionales expertos/as y experimentados/as en el trabajo.

Herramientas para la presencia profesional en internet

Nunca me he planteado este blog como un lugar en el que obtener recursos directos para la búsqueda de empleo. La red permite identificar y usar una inabarcable cantidad de herramientas que sólo es necesario buscar y utilizar.

De hecho considero que uno de los principales cambios, no se si derivado directamente del desarrollo de la red y la tecnología o de otros factores que están impactando en el mercado de trabajo, es la resituación del CV como instrumento principal en la búsqueda de empleo. No hablo sólo de su versión en papel, si no de lo que consideramos un resumen profesional y vital en el que empresas y posibles contratadoras puedan ver nuestro devenir en los últimos años.

Si, soy de los que piensan que el Cv hoy sólo sirve para acceder a la información básica.  En estos tiempos las personas y las empresas que tienen una necesidad que cubrir y las personas que pueden responder a esas necesidades cuentan con instrumentos mucho más eficientes para mostrar / comprobar su saber hacer.

Y también pienso que para las empresas ha habido dos cambios importantísimos que sólo pueden negarse mediante ceguera voluntaria:

Reconocer y situar a las personas como el factor diferencial y competitivo de mayor valor y, en consecuencia, modificar la relación que mantienen con estas personas ayudadas por los instrumentos de la web 2.0 que permiten incorporar procesos más eficientes.

Procesos de los que tenemos ejemplos bien conocidos en términos de eficacia en la gestión y también en términos económicos en cada empresa. Yo citaría los que más me gustan, la fantástica experiencia de Sodexo o la propuesta de npower, aunque también hay alguno más novedoso y no menos interesante como el mencionado por Juan Carlos Barceló de Taco Bell y su uso de Pinterest en la política de selección e interacción con candidatos/as.

En cualquier caso estamos ante un nuevo escenario dibujado por una red social que permite mostrar conocimientos, influencia, experiencia, capacidad relacional… y, en definitiva, el saber hacer y la red de contactos. Un escenario que camina hacia la relación y el engagement de las personas con las empresas utilizando las redes sociales, manteniendo una constancia de cooperación y contacto en el tiempo.

Pero es cierto que para que las personas puedan jugar este nuevo rol deben primero contar con una mínima presencia en la red. Y esta es la demanda que más me surge en mi trabajo.

Al acabar muchas de las sesiones grupales, ponencias y encuentros en los que participo, en el feedback posterior por correo electrónico, en el trabajo diario, la pregunta es ¿ Cómo empiezo ? ¿ Qué instrumentos debo utilizar ?

Como decía al principio no me encuentro nada cómodo respondiendo esto. Creo que se trata de probar los instrumentos más conocidos en general, identificar los que puedan tener mayor presencia en la actividad que corresponda o, sencillamente, utilizar los que a cada uno/una le puedan gustar más. Es como si recomendara comprar una marca de coche y no otra, con todos los riesgos de que la marca que a mi me gusta pueda no gustarle a la otra persona o no ajustarse a sus necesidades.

Dicho esto, tengo que reconocer que ya me han comentado demasiadas veces, que sin señalar ciertas posibilidades para iniciar la presencia profesional en la #web20, el tema de redes y empleo queda cojo. Así que voy a exponer algunos instrumentos que pueden ser útiles para iniciar esa presencia en la red, algunas herramientas con las que superar ese papel con el que sólo llegaremos a empresas y profesionales de la gestión de personas con fecha de caducidad.

Para mi una forma muy rápida de iniciarse y contar con una primera y sencilla presencia en la red es About.me y todas sus similares como Flavors.meVizualize.meSidengo, o las más especializadas como Pictually.me (para creativos/as) o Justabout.co (para pequeños negocios). Son sólo ejemplos sencillos, gráficos, rápidos y muy útiles pues aunque son herramientas concebidas como una red social pueden utilizarse para firmar en un correo o para asegurar una visibilidad básica en las búsquedas de Google. No me extiendo. Ahí mismo hay montones de buenos ejemplos para ilustrarse.

Hablo aquí de presencia en internet, de como mostrarse, no de recursos de intermediación, sean tradicionales o de nacimiento en 2.0 como SNTalent, JobandTalentJobvite o Jobydoo. Tampoco de redes ya establecidas con entidad propia y posicionamiento en un mercado que en el caso de su representante más importante, Linkedin, puede llegar a cobrar 8.000 dolares anuales por su servicio de Recruitment.

Eso si, ligados a estas redes (o no, depende del caso) se encuentran instrumentos como Re.vu, Slide Rocket, TwiCVer, ComotoResumeUPLinkedIn Resume Builder o, el que a mi más me gusta, Vizify, que no son más que herramientas que permiten trasladar los perfiles y actividad en estas redes a formatos interactivos, cada vez más visuales y atractivos. Pero cada quien hará sus propias valoraciones.

A estos se le pueden sumar servicios más conocidos en RRHH como la fantástica propuesta de Marketyou que permite mostrar capacidades y experiencia, Cuvitt o Talentous. Además, existen otros buenos recursos como el creado por Pablo Alonso y otros profesionales llamado mycvbook situado en el campo de la intermediación pero con un concepto claramente social y demostrativo donde se pueden enlazar todas las redes relacionadas con el perfil profesional.

Pero no pretendo contradecirme. La lista podría extenderse y no por ello aportar mucho más. Como decía al principio, con la ayuda del buscador se pueden encontrar estos y muchos otros servicios y herramientas que quizá se adapten mejor a lo que cada uno/una pretende. Y esto, lo que se pretende, si es importante. O más bien vital.

Antes de iniciarse en la web 2.0, antes de mostrarse al mercado de trabajo y crear y mantener nuestra red, es necesario tener claro quienes somos profesionalmente, qué ofrecemos, cual es nuestra especialización, qué necesidades sabemos y podemos solucionar y, si es posible, qué puede significar nuestro trabajo para una empresa en términos económicos.

A esto siempre le hemos llamado autoanálisis. A mi me sigue gustando la palabra pero, utilicemos la definición que utilicemos, este es el paso más importante para afrontar el mercado de trabajo, conocernos y conocer el escenario en el que nos vamos a desenvolver. Identificar nuestras puntos fuertes, nuestras fortalezas y, a partir de ahí, desarrollar todo lo demás. El mercado de trabajo no nos está esperando, las empresas sólo están atentas a qué podemos solucionar o a cuanto dinero podemos hacer ganar con nuestros servicios. Mostremos esto.

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