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Obsolescencia profesional en un mundo inestable

ObsolescenciaHace unos meses Cèlia Hil, gran compañera de la que constantemente aprendo, propuso una mesa redonda en torno al concepto de la obsolescencia profesional en Barcelona Activa. Una propuesta muy acertada, a mi modo de ver. Un mundo que se caracteriza por la inestabilidad puede dejarnos fuera de juego casi sin enterarnos. Y creo que este es un tema que no tenemos suficientemente en cuenta.

Hemos superado aquello de la sociedad en cambio permanente. Y es que, en realidad, aquel concepto de sociedad en cambio constante no define correctamente el mundo en el que vivimos. Desde hace ya un tiempo el término VUCA (Volátil, Impredecible, Complejo y Ambiguo) nos parece más apropiado. Parece ajustarse mejor al mundo que nos rodea.

A mi me gusta definirlo de una forma más sencilla: “inestable”. Y es que el cambio ha pasado de ser constante a convertirse en la esencia de nuestra actividad. El cambio es aquello en lo que vivimos, un mundo sin certezas en el que las predicciones son casi imposibles.

En este marco la obsolescencia ha pasado a ser una amenaza para cualquier profesional. Un riesgo que algunas personas perciben de forma más consciente que otras pero que es innegable. Aún así hay quien mantiene criterios y comportamientos propios de un mercado de trabajo y de una sociedad que ya no existe. No solo ha desaparecido el empleo para siempre (y con esto no me refiero a la temporalidad en los contratos, inaceptable en España), también han desaparecido las profesiones perennes. Pocas profesiones pueden ejercerse  de la misma forma durante mucho tiempo. Y ninguno de nosotros podemos ya mantener nuestra eficiencia o nuestra eficacia sin estar alerta a los cambios permanentes. La capacidad de adaptación es imprescindible y, con todo, a veces no parece suficiente.

Los factores que protagonizan u originan esta inestabilidad son múltiples:

  • Las características de la tecnología actual y concretamente de la tecnología digital y las posibilidades de la conectividad. La tecnología digital tiene la capacidad de impactar, de cambiar nuestra vida en un periodo de tiempo muy breve. Internet, la 2.0, la IoT y la conectividad móvil han cambiado nuestras vidas en todos los ámbitos. Pero aún con estos cambios sin madurar hablamos ya del paso siguiente, de la red descentralizada en base al blockchain, el próximo gran hito que cambiará la forma en la que ahora nos conectamos.
  • Mucho de nuestro conocimiento está cambiando de forma constante y exponencial gracias a la tecnología: Ley de rendimientos acelerados. Contamos con áreas de conocimiento sólidas que se han ido consolidando a lo largo de los siglos. Pero la tecnología y la especialización nos permiten poner en cuestión lo que considerábamos verdades definitivas. Las tecnología nos ha llevado, por ejemplo, a poder conocer las constantes vitales y los cambios físicos y biológicos de una persona en todo momento. En definitiva, nos permite contar con información privilegiada hasta ahora completamente inalcanzable. Así, en las últimas décadas el conocimiento del comportamiento humano ha avanzado a velocidad de vértigo, pero de forma lenta si lo comparamos a cómo parece que se desarrollará en el futuro próximo. Según Raymond Kurzweil: “Un análisis de la historia de la tecnología muestra que el cambio tecnológico es exponencial, al contrario de la visión ‘lineal intuitiva’ del sentido común. Así que no experimentaremos cien años de progreso en el siglo XXI, sino que serán más como 20.000 años de progreso (al ritmo de hoy). Los ‘rendimientos’, tales como la velocidad de los chips y la relación coste-efectividad, también se incrementarán exponencialmente”.
  • Además, el conocimiento es compartido. Hemos llegado a un grado de desarrollo tan grande en cualquier área del conocimento que es imposible que un profesional pueda capitalizarlo. Hasta ahora los profesionales más deseados eran los que atesoraban grandes conocimientos o un gran abanico competencial. Hoy la clave de un/una profesional no está en cuanto sabe. Está en su capacidad de gestionar un conocimiento que no siempre posee de primera mano. Tanto es así que áreas del conocimiento como la medicina parecen aceptar que las respuestas del futuro pasan por generar conocimiento a partir de la colaboración.
  • Nuestra capacidad para crear redes de cooperación intersubjetivas de carácter global. La red no solo ha cambiado nuestras vidas en lo inmediato. También nos ha dado la posibilidad de multiplicar nuestras cooperaciones. La cooperación es lo que nos ha traido hasta aquí como especie, tal y como dice Yuval Noah Harari. La red y su capacidad de segmentación ha multiplicado nuestras posibilidades de cooperación hasta el infinito. Aunque esto es solo una expresión hecha porque las posibilidades en este sentido no dejan de aumentar. Y si lo dudan échenle un ojo a Cohort, la start up que puede ser el paso adelante de lo que Linkedin ha significado hasta ahora. Según afirman son capaces de seleccionar en nuestras redes aquellas personas que están dispuestas a ayudarnos: “Han analizado 2.000 millones de relaciones, y apuntan a ser capaces de predecir la probabilidad de que dos o más personas se conozcan en la vida real lo suficientemente bien como para pedir un favor o compartir algún tipo de capital social entre sí” Así que no solo tenemos mayor capacidad para cooperar que nunca antes en la historia, también parece que podremos aumentarla. Y esto nos traerá un mundo con más posibilidades de conseguir nuevas metas, con más posibilidades de cambio.

Por estas y otras razones nuestro mundo es inestable y parece que en el futuro próximo lo será más. Con todo, me parece muy importante señalar que las personas no podemos confundirnos con el contexto, tal y como David Barreda señalaba no hace mucho. Frente a la ambiguedad o la inestabilidad nosotros debemos ser profesionales claros y predecibles. Nosotros somos el ancla, como también señalaba recientemente Victoria Redondo en sus claves para no sentirse vulnerable en este entorno VUCA.

En la mesa redonda de Cèlia Hil con la que empecé se mencionaban algunas recomendaciones para evitar la obsolescencia profesional en este entorno VUCA (Isabel Iglesias también señaló recientemente cinco ideas para evitar la obsolescencia). Yo pretendo ser más sencillo y señalar solo tres

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Buscando desarrollo profesional en Dinamarca

DinamarcaHace un tiempo que una chica, Sara López, me contactó hablándome de su vida en Dinamarca. Me decía que le gustaría contar que la experiencia internacional había sido muy positiva para ella. No solo le había permitido continuar sus estudios, también le había abierto las puertas a su desarrollo profesional. Para ella, emigrar había sido un objetivo y no una obligación derivada de las circunstancias.

Y es que durante estos últimos años en los que la crisis y otras cuestiones han golpeado nuestro mercado laboral de forma trágica, hemos hablado mucho del fenómeno de la emigración de las personas más jóvenes. Sus protagonistas, una mayoría muy cualificados, han visto en otros paises la única opción para iniciarse en el mercado laboral con unas mínimas garantías. Muchas de esas experiencias no han sido fáciles. Yo he conocido algunas realmente duras y demasiadas que han acabado en fracaso. Pero la mayoría de las que he conocido han sido experiencias positivas. No es un dato. Solo mi propia experiencia que me ha llevado a estar en contacto con jóvenes que en sus primeras oportunidades en otros países les ha ido bien.

La emigración obligada por las circunstancias es, para nosotros y para quien se va, un drama. Que nuestras mejores inversiones, las personas en general y las más formadas en especial, se vayan a aportar fuera sin muchas opciones de volver no es buena noticia. Para quien se va tampoco es grato siempre que la razón sea esta, una razón obligada sin ninguna relación con una decisión propia o voluntaria.

Pero, como decía, hay experiencias positivas. En mi trabajo como orientador me encuentro con chicos y chicas que bien están en otro país o bien en proceso de regreso con experiencias satisfactorias. En estos casos encuentro a personas con una visión del mercado laboral y de sus posibilidades futuras bien distinta de la habitual en España. Suelen ser personas más positivas sobre sus opciones, haber decidido qué quieren hacer y estar dispuestas a luchar por ello.

Obviamente vuelven ( o se quedan) con una ocupabilidad más alta que en el momento de partida. Tanto por sus competencias técnicas específicas como por las transversales, por no hablar del conocimiento que se traen de un segundo idioma, algo que las empresas siguen echando de menos.

Quiero insistir en que no todo el mundo ha mejorado su posición, ni a todo el mundo le ha ido bien. A otras personas con las que estoy en contacto les resulta muy complicado mejorar su situación después de años con contratos de cero horas o de estar en el mismo puesto de una fábrica permanentemente contratado/a por una empresa temporal. La precariedad laboral no es una exclusiva española.

Hoy, en cualquier caso, me gustaría hablar de la experiencia de Sara López, de alguien a quien le ha ido bien. O, mejor dicho, que hable ella. Es la primera vez que hago esto en este espacio. Pero la fuerza, el ánimo y la motivación que me ha transmitido Sara me han convencido para hacerlo.

Sara tuvo desde hace tiempo el objetivo de estudiar y desarrollarse profesionalmente en otro país. Finalmente parece estar consiguiéndolo. Y lo hace en un país que yo he visitado varias veces y que me encanta. Por muchas razones, como algunas de las que ella expone.

Pero mejor que sea ella quien se presente y cuente su situación que espero pueda servir de ejemplo inspirador.

Por cierto, Sara Lopez es una estudiante vallisoletana de 18 años. Está cursando sus estudios universitarios en Dinamarca y trabaja ya en una firma que se llama Trendhim. En los párrafos que siguen nos cuenta algunas curiosidades de la cultura danesa que ha podido experimentar durante sus siete meses de residencia en dicho país.

Curiosidades danesas desde la visión española

Mi nombre es Sara Lopez, nací en Valladolid, y tengo 18 años. Tras empezar el bachillerato si algo tenía claro era que quería irme al extranjero al acabar estos dos años. Siempre me había apasionado la idea de estudiar en Estados Unidos, que vino motivada por los tres veranos consecutivos que pase viviendo en Chicago. Pero todos sabemos que estudiar en América si no eres americano no es camino de rosas.

Tenía echado el ojo a varios países escandinavos, y más en concreto a Dinamarca. ¿ Pero, por qué Dinamarca ? Muy sencillo, desde hace tres años consecutivos Dinamarca ha estado entre los tres países con mejor sistema educativo. Además, según la ONU en su informe sobre la felicidad mundial, Dinamarca es el país más feliz del mundo.

Actualmente llevo en Dinamarca 7 meses, 7 meses que han dado para mucho, y a lo largo de este tiempo he aprendido muchas curiosidades de la cultura danesa. Estas son algunas:

Es el país de la bicicleta

Desde el año 1880, los ciudadanos de Copenhague han utilizado la bicicleta para ir al trabajo. Desde hace más de un siglo, andar en bicicleta es la forma más rápida, fácil y ecológica de moverse por la ciudad. Tanto que su capital cuenta con más coches que bicicletas. Tiene más de 12.000 km en carriles para bicicleta y pocos relieves.

Respeto a su bandera

Para los daneses su bandera es el símbolo más preciado, tanto que se asocia con cumpleaños, festividades y deportes nacionales. No puedes izar la bandera antes de la salida del sol y no puedes arriar la bandera después de la puesta de sol. Hay un tipo de superstición sobre esto, y es que dicen que si no se hace correctamente se irá al infierno.

Económicamente

Aún no han entrado en la unión monetaria, en Dinamarca la moneda de cambio es la corona danesa, (1 euro es igual a 7.45dkk). No hay un sueldo mínimo establecido pero los sueldos más bajos son de unas 103dkk por hora.

El nivel de vida es alto y comprar verduras y frutas es más caro a lo que estamos acostumbrados los españoles, y esto se debe a que casi todas las hortalizas, verduras y frutas son importadas de España e Italia.

En cuanto al tema de los impuestos, nadie dijo que pagar impuestos fuera algo agradable para el bolsillo del contribuyente, pero en Dinamarca lo ven de otra manera. Se tiene una conciencia más positiva que en el resto de los países a la hora de construir el Estado de bienestar. Todos pagan, pero el dinero regresa a sus orígenes en formas muy variadas: ayudas a la maternidad, universidad, empresas públicas, pensiones…

En el caso de los estudiantes, un 45% de su sueldo es para impuestos, por lo que básicamente la mayor parte de tu sueldo se va en tasas. Pero gracias a estas tasas el país tiene un mejor sistema de organización y educación.

Cuando dejas de ser estudiante, o tus ingresos superan los 50.000 euros al año (420.000 coronas pasas a pagar un 53% de tasas.

Estudiantes

La educación es gratuita, tanto en el instituto como en la universidad o en estudios posteriores para los ciudadanos de la unión europea. Incluso los libros son gratis. Y por si esto no fuera suficiente, los estudiantes universitarios que trabajan al mismo tiempo que estudian, además de no pagar por dichos estudios adquieren una ayuda financiera al trabajar un mínimo de 11 horas semanales: SU. Se puede exceder las 11 horas semanales sin problema, siempre y cuando tu sueldo no exceda las 11 845kr, o lo que es lo mismo, 1 592 euros antes de tasas.

Afortunadamente yo, un mes después de mi llegaba a Dinamarca me topé con Trendhim, empresa de accesorios masculinos que el pasado octubre buscaba estudiantes de once nacionalidades diferentes para formar un departamento de marketing internacional con el objetivo de equipararse a las demás potencias europeas de este mundo tan competitivo como son los accesorios.

Y gracias a esta gran oportunidad hoy en día soy manager del departamento de marketing español e independiente económicamente.

Relaciones Laborales

Los estereotipos sobre las relaciones jefe-empleado no tienen por qué ser verdad, y esto lo demuestran las empresas danesas.

Un claro ejemplo de esto sería mi propia experiencia, desde mi llegada a la empresa, mis jefes siempre han intentado que yo y mis compañeros nos sintiésemos como en casa, y que sintiésemos que estábamos contribuyendo poquito a poquito a la historia de Trendhim, una historia de la que ya somos parte.

No se valora tanto la experiencia que cada uno tenga, ni los títulos universitarios, pero si lo que cada uno vale. Tienen confianza plena en ti.

Costumbres

En la lengua danesa no existe la palabra “por favor” pero ellos dan las gracias por todo. “Gracias por el día de hoy” se dice tanto a los amigos, como en el trabajo o en la escuela. “Gracias por la comida” al final de cada comida a quién haya cocinado y antes de levantarse de mesa, son algunos de los ejemplos.

Prohibiciones

Los fuegos artificiales solo se pueden vender durante 15 días en diciembre, y utilizarlos solo el 31 de diciembre y el día 1 de enero. Trabajar fuera de las horas laborales está mal considerado.

¿Cómo conocen a los daneses?

Según la ONU, Dinamarca es el país más feliz del mundo. Varios autores han reflexionado sobre el tema y sus obras dan respuesta al enigma detrás de este buen rollo bajo el término danés hygge. Algo que el resto del mundo traduce como “lo acogedor” o “lo familiar”. Estos fueron los dos principales motivos que me motivaron a iniciar la que está siendo la mejor aventura de mi vida.

Lo que hay que aguantar buscando empleo

Empleo

Rise the riveter. By Alfred T. Palmer, U.S. Office of War Information. From the United States Library

En orientación laboral siempre decimos ese tópico de que podríamos escribir un libro con lo que las personas nos cuentan. Más que nada por las historias vitales que vamos conociendo. Pero también podríamos escribirlo sobre los procesos de selección que esas personas sufren en su búsqueda de empleo, especialmente las mujeres.

Como orientador laboral ya con cierto bagaje, he conocido muchos procesos de selección y prácticas de reclutamiento injustificables. Unos por su ilegalidad manifiesta, otros por su ineficiencia y muchos por su falta de ética.

Hace tiempo que quería agrupar algunos de ellos pero son tan habituales y numerosos que me resulta complicado. Tampoco querría referirme a generalidades como la falta de profesionalización (y de profesionalidad) de los procesos de selección o la proliferación sin control de ofertas de empleo falsas (se estima que un 25% de las ofertas publicadas en la red son falsas). Así que he pensado en limitarme a mencionar algunas de las discriminaciones y situaciones injustificables que me refieren mis clientes. Lo que sigue son solo tres ejemplos que me he encontrado recientemente que muestran, creo, lo que las personas en búsqueda de empleo deben soportar. Prácticas que campan a sus anchas sin ningún control.

Un primer ejemplo, novedoso, viene de la colaboración público privada en la lucha contra el desempleo. Como siempre trato de aclarar, soy un firme partidario de la incorporación de la colaboración público privada. Lo considero una necesidad apremiante. Pero pienso en algo muy diferente al impresentable proceso que ha tenido lugar en nuestro país.

Las quejas que más me comentan se centran en la falta de tacto (en realidad de profesionalidad) que lleva a citar a personas (por supuesto sin explicarnes ningún para qué) de más de 45 o 50 años con décadas de experiencia y situaciones de largo desempleo a sesiones grupales con personal técnico que no llegan a la treintena y, como mucho, con un par de años de experiencia.

Pero hay más que falta de tacto. Hay situaciones que muestran cómo la colaboración público privada no se ve como una respuesta que busca efectividad en la lucha contra el desempleo. Solo es una oportunidad de ganar dinero sin que las personas importen mucho.

Una de mis clientes (en Vigo), de 42 años con dos hijas y un perfil administrativo con muchas carencias competenciales fue citada en una Ett sin ninguna otra información. Allí, a mayores de repetir algunos de los contenidos que ya trabaja conmigo, le ofrecieron una oferta de empleo. Eso si, en Sevilla. Aquí al lado. Solo a unos 800 kilómetros de distancia. Super apropiado. Justo lo que estaba buscando. Pero, en cualquier caso, ella tuvo que firmar un papel (del que no le dieron copia) conforme le habían mostrado esa oferta y se la habían propuesto. A partir de ahí recibe otras ofertas de empleo en su correo electrónico de forma personalizada. Se presenta de  inmediato pero nada, las ofertas en cuestión llevan días cerradas… Infumable. Inadmisible. Y debería ser sancionable. Pero no pasará nada…

Otra fuente de propuestas insoportables son las ofertas de empleo, casi todas situadas ya en los portales de empleo. Como en su momento comenté en Twitter, la redacción y publicación de ofertas de empleo está fuera de control. Cualquiera puede publicar casi lo que quiera en un portal de empleo sin apenas control.

De ahí que se pueda pedir una “camarera alegre entre 20 y 30 años y que sea legal”. Sin ningún problema el portal de empleo la aceptará y la publicará. Y muchos otros medios (cuentas de Twitter, metabuscadores…) la difundirán de manera exponencial sin aplicar ningún tipo de filtro.

Oferta de empleo real

Una oferta real que deja bien claro la capacidad de quien la redacta

Pero las discriminaciones evidentes o la falta de un mínimo de rigor y profesionalidad no solo se dan en la Cafetería Ole o en portales como trabajos.com. Los cuestionarios que algunas empresas bien conocidas hacen en Infojobs son, a mayores de ineficientes, de una mala educación hiriente.

Un ejemplo que me resulta curioso es el de la conocida cadena Boom. Esta propone en sus preguntas de corte cuestiones como ¿ Cuantas veces en tu vida laboral has estado de baja más de siete días ?

Las pregunta del proceso de selección de Boom

Pero las situaciones insoportables e intolerables se dan también en las entrevistas y en las pruebas. Y ahí querría mencionar un ejemplo, de muchos que se podrían poner, que muestra la habitual discriminación laboral de las mujeres. Concretamente uno que me ha llamado mucho la atención por la dignidad de la protagonista, una cliente muy especial para mi.

María tiene 53 años y una actitud ante la vida y sus dificultades que despierta admiración. Lleva años luchando para superar el desempleo y mejorar muchas otras situaciones. Conmigo comenzó a trabajar tras pasar por un programa de empleo. Como es habitual, después de ese programa pasó muchos meses sin trabajar. Eso si, participar le permitió cierta recuperación económica y adquirir competencias para el trabajo en construcción.

Hace ya un tiempo me contó su experiencia en una prueba de selección para albañil una vez había acabado el programa. La oficina de empleo la llamó para un proceso de selección en una pequeña empresa, para realizar una prueba práctica. Ella fue la única mujer que, junto a cuatro hombres, estaba presente para realizar la prueba.

” El encargado y responsable de la prueba me miró de arriba a abajo y me dijo que no sabía por qué una mujer estaba allí, que el trabajo era para palmear ladrillo al camión, que no iba a poder ser… Le dije que haría la prueba y que me parecía una prueba en la que se podía ver muy claramente quien lo hace más rápido y mejor”.

La prueba consistió en eso, en palmear dos palés de ladrillos (lanzar ladrillos con las manos) a un camión en el menor tiempo posible.

“Fui la que más ladrillos subió. El hombre vino a decirme que fuera la mejor en la prueba. Me contrataba. Y entonces le dije que no. Fue la única vez en mi vida que dije no a un empleo, a uno que me gusta. Pero me sentí muy bien. Volví a casa y me cené unos huevos con patatas que me supieron como un chuletón”.

Un ejemplo, nada más que un ejemplo, de las múltiples discriminaciones que sufren las mujeres en el mercado de trabajo. Pero he querido ponerlo al final por el significado del gesto de María. La satisfacción personal, el grado de control que transmite. Y, claro, por la dignidad del mismo, algo que muchas otras personas pierden con facilidad sin tener razones para ello.

Y es que empresas como Boom o portales como trabajos.com siguen existiendo porque tienen clientes a los que todo esto parece darles igual. Mejor dicho, les da completamente igual.

Nos faltan muchas personas con la dignidad de María. Y nos faltan muchos clientes que afeen las conductas de las empresas o, directamente, dejen de usar sus servicios y comprar sus productos allí dónde estas cosas se producen. Y nos falta una administración que vele para que el dinero público se gaste con eficiencia y por la calidad d elos servicios que presta a sus ciudadanos.

Casos como estos que menciono son bien conocidos por cualquiera que haya pasado por un desempleo de cierta duración. Existen en la más evidente impunidad, sin que nadie haga nada. Amparados por el silencio complice que parece asumir que esto es normal, tolerable o irremediable. Yo creo que, como hizo María, tenemos muchas oportunidades de defender nuestra dignidad y de decir que no. Ya sea como clientes, ya sea como personas en búsqueda de oportunidades de empleo, podemos hacer muchas cosas por cambiar todo esto. Porque no, no todo vale.