Arquivo da categoría: Políticas activas de empleo

¿ Clientes, participantes, usuarios ?

Cliente

Fuente: Pixabay. CC0 Public Domain

Hace unos meses comenté aquí sobre el IV Simposio de Orientación e Intermediación: Enredados para orientar, celebrado en el marco del Master interuniversitario en orientación e intermediación laboral de la Universidad de Murcia en el que participé. Como decía en ese momento, se trataron muchos temas de interés en el ámbito de la orientación laboral. La mayoría cuestiones clave para el futuro próximo de la orientación.

Durante la jornada quise introducir una pregunta que había comentado con Muñoz Parreño y que siempre ha sido motivo de debate entre quienes trabajamos en el marco de la intervención sociolaboral:

¿ Cuál es la foma más correcta de referirnos a las personas con las que trabajamos ?

Años ha que descartamos la horrible palabra de beneficiarios. Costó pero, cuando menos en mi entorno, ya no tiene ninguna presencia. Así que la pregunta se limitó a tres opciones: usuarios, participantes o clientes.

Hubo posicionamientos para las tres posibilidades. La opción con más partidarios fue participantes. Incluso hubo quien se posicionó por ella en Twitter. La que menos, la que yo defendía: cliente / clienta.

Para mi usuaria / usuario no refleja el carácter protagonista que la persona debe tener en todo esto. Me resulta, incluso, un concepto algo pasivo. “Nosotros” ponemos los recursos y los servicios. Las personas se limitan a “usarlos”. De hecho la propia definición de la Rae señala que el uso de algo ajeno siempre es con cierto límite. No acaba de convencerme. Podríamos pensar en una versión más propia de nuestro entorno digital, la que refiere a UX o experiencia de usuario/a. Pero incluso en ese caso se trata solo de satisfacer una experiencia de uso, de que la manejabilidad sea mejor, no de recuperar el protagonismo.

La verdad es que participante me gusta más, es un paso adelante en esta idea que comentaba de la pasividad. Se piensa en las personas de forma activa. Una persona que participa es alguien que no se limita a usar un recurso, hace algo más. En este sentido me gusta pero he de reconocer que no acaba de convencerme porque , aún así, quien participa no es quien manda, no es quien protagoniza.

Participante, cliente

Voto para participantes

Yo sigo pensando que entender a la persona como cliente es mucho más acertado. Sin entrar a señalar lo de el cliente siempre tiene razón, lo que si me parece es que el concepto cliente obliga a adaptarte a sus demandas. Y eso es muy interesante. Debemos atender y responder a las necesidades de las personas. Si no le somos útiles en lo que buscan ¿ cómo van a valorar nuestros servicios ?

Alguien señaló que daba lugar a confusión pues las empresas también son nuestros clientes. Y es verdad. Pero es que no tenemos por qué tener un solo tipo de clientes. De hecho, no lo tenemos. Las empresas y organizaciones también deben ser entendidas como protagonistas y adaptarnos a lo que nos dicen que necesitan. En todos los sentidos, no solo en cuanto a demandas de intermediación o similares.

Utilicemos la que utilicemos, hagámoslo siempre con respeto. Trabajamos con personas que no solo tienen derecho a decidir sobre su presente y su futuro, sino que solo ellas pueden hacerlo.

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Repensando la orientación profesional: #Enredadosparaorientar

En red para OrientarEl 15 y el 16 de junio se celebró el IV Simposio de Orientación e Intermediación: Enredados para orientar, en el marco del Master interuniversitario en orientación e intermediación laboral de la Universidad de Murcia. El día 16 tuve el enorme placer de compartir mesa con Sergio Ibañez, Isabel Loureiro y José Carlos Muñoz Parreño. Convocados por la profesora e investigadora Pilar Martínez Clares conversamos sobre la red y la orientación laboral en el marco de la cartera de servicios definida para el Servicio Público de Empleo por el Real Decreto 7/2015.

Por una parte se pretendía mostrar la diversidad de propuestas ( de por qués y para qués) que surgen en orientación laboral en el entorno digital. También su eficiencia, eficacia y demanda, aquello que podría ser más útil. Algo que, por cierto, también busca saber la Comisión Europea, concretamente el Cedefop.

Por otra, intentamos responder a algunas cuestiones que enfrenta la orientación profesional (impactada como cualquier otra profesión por la digitalización y las Tic) en este nuevo escenario que define la orientación en el Servicio Público de Empleo. Algunas de estas cuestiones (efectivamente algunas porque hubo muchas más) fueron:

¿ Lo que hacemos en orientación laboral en el entorno digital es coherente con lo que define y propone el Real Decreto mencionado ? ¿ Contribuye a lograr los objetivos que plantea o a ejercer más eficientemente las funciones que describe ?

¿ Las redes sociales son necesarias para abordar la empleabilidad o la ocupabilidad ? ¿ Los profesionales de orientación estamos teniendo en cuenta la imagen digital ? ¿ Conocemos la satisfacción de las personas que participan en nuestras redes en el marco de una relación de orientación ?

¿ Es el Real Decreto una oportunidad de futuro para la orientación y sus profesionales o no va a aportar el cambio significativo que parecemos precisar ?

Como habitualmente sucede en estos eventos en los que se invita a participar a profesionales a quienes les gusta lo que hacen, los aportes y las temáticas fueron, a mi entender, muchos y muy interesantes. Imposible reflejarlos todos aquí.

Así que me voy a limitar a señalar dos cuestiones que a mi me siguen pareciendo capitales:

1) Tal y como se planteó desde el Master de la Universidad de Murcia, el Real Decreto me parece un gran paso adelante para la orientación profesional. Cierto que es un paso incompleto y aún no desarrollado o puesto en marcha en su totalidad. Pero es un gran paso. Por varias razones, pero por dos principalmente: La formulación como un derecho y su papel integrador.

La primera es evidente. Por primera vez se establece el servicio de orientación laboral como un derecho de todas las personas que demandan empleo (desempleadas o no) en España. Un derecho que podemos reclamar y que, por tanto, la administración debe garantizar. La segunda es que por primera vez se definen unas funciones y unos contenidos comunes para ese servicio, situando la orientación profesional como un elemento clave de las políticas activas de empleo.

Orientación en red

A mayores de estas dos razones yo si creo que la propuesta normativa que define el Real Decreto puede ser una excelente oportunidad para estructurar y racionalizar lo que se ofrece desde los Servicios Públicos de Empleo. Con el marco de la cartera común podrían integrase las acciones de orientación laboral que se realizan en las distintas entidades (entidades locales, entidades del tercer sector…) en la linea de las recomendaciones que nos hacen desde el Consejo Europeo. En estos tiempos, al contrario de lo que sucedió en otros momentos, las dificultades tecnológicas no deberían existir.

Además de posibilitar esta integración estructural y funcional de servicios de orientación laboral en las políticas activas de empleo, el Real Decreto, podría suponer el principio de un marco común con el que también podamos empezar a hablar de concretar una de nuestras más tradicionales demandas en este campo: contar con un sistema integrado de orientación a lo largo de la vida.

2) Por otra parte, de todo esto surge siempre una pregunta (varias en realidad) sobre el futuro de la orientación laboral a corto y medio plazo. Concretamente sobre el futuro del ejercicio profesional, sobre cómo y dónde trabajarán las personas que están formándose en este Master y quienes ya ejercemos.

Creo que, tal y como comentamos, la polivalencia y la capacidad de adaptación competencial a este nuevo contexto laboral inestable marcarán la diferencia. Pero, a mayores de esta generalidad, las competencias digitales jugarán un papel clave. Primero por las características del propio entorno y, segundo, por la necesidad de jugar un papel activo en la inclusión digital de las personas con las que trabajamos.

Como señalé en la mesa, considero que el siguiente paso a dar es situar a la orientación laboral en un papel protagonista en la planificación de las políticas activas de empleo. Y creo firmemente que de ahí debe derivarse una nueva área de nuestro desarrollo profesional.

En orientación laboral generamos muchísima información sobre las personas en búsqueda de empleo. Esa información no se tiene suficientemente en cuenta en las planificaciones de los años subsiguientes. Es nuestra obligación luchar para que se utilice la información que generamos. Eso pasa por saber qué queremos obtener, qué queremos saber, qué información queremos generar a partir de lo que hacemos. Pasa, en definitiva, por hacer preguntas, por hacer analítica de datos.

 Y es que yo creo que ninguna profesión o actividad podrá competir y mantenerse con criterios de calidad mínimos si no analiza la información que genera. Ahí hay, en mi opinión, una clara posibilidad de desarrollo profesional para la orientación laboral. Esto precisa, obviamente, que entre todos seamos capaces de conseguir que la orientación profesional juegue ese papel, que sea suficientemente importante como para que lo que decimos importe, para que tenga valor. Después de conocer a las investigadoras de la Universidad de Murcia y al alumnado del master, a mi no me cabe ninguna duda de que lo conseguiremos.

Enredados para orientar

 

PD: Es un verdadero placer poder compartir y conversar con todas las personas mencionadas en esta entrada a las que considero compañeras y amigas. Pero me gustaría hacer un par de menciones especiales. Una a Victor Candel por acudir y enriquecer el debate, como siempre hace. Pero, sobre todo, por su constante apoyo y compromiso, su generosidad profesional y personal sin límite. La segunda, a la profesora Pilar Martínez Clares. Obviamente por invitarme, pero muy especialmente por su compromiso y su ejemplo en la dignificación y la defensa profesional de la orientación laboral, de la educación y de quienes trabajamos en estas áreas. Nunca le agradeceremos lo suficiente su esfuerzo y fidelidad profesional. Una compañera que con sus incansables ganas de aportar su pundonor y constancia te cargan de motivación y se convierten en un ejemplo. Gracias.

Personas, organizaciones y empleo: escenarios para conocerse

Empleo

Encuentros de empleo

Muchas veces he hablado sobre lo que pueden aportan las medidas que sirven para conocerse personas y empresas. Y de cómo los echo de menos en el marco de las Políticas Activas de Empleo.

Hace ya unos cuantos meses tuve la oportunidad de  aportar esta opinión en el marco de un estudio europeo sobre orientación laboral y uso de la tecnología.

El estudio abordaba, entre otras cosas, el tema de las medidas que pueden ser más eficientes en la lucha contra el desempleo. En este sentido traté de aportar ideas en ámbitos como la formación, el apoyo emocional a las personas o el uso de recursos digitales. Pero volví a incidir en una idea que me parece importante por su sencillez, su bajo coste y su utilidad en otros entornos: la necesidad de generar espacios para que personas y empresas se conozcan.

Existen atractivas experiencias en la generación de espacios para conocerse con el tema de empleo como contenido principal. Aquí trataré de agruparlos de forma muy general en tres grupos:

1. Espacios para que las empresas conozcan el talento de una determinada área geográfica o sector:

En Austria existen las Implacementsifung, una experiencia muy interesante en la que las autoridades regionales colaboran con intermediadoras en forma de Fundación. El objetivo es acercar a los jóvenes con especiales dificultades para lograr un empleo en las empresas de la comarca. Trabajan desde una perspectiva social con jóvenes que carecen de competencias específicas para iniciarse en el mercado de trabajo. Pero el objetivo no es conseguir una contratación inmediata ni proporcionar una formación específica. Solo acompañar en un proceso a medio plazo que permita que las empresas puedan conocer a estas personas y que, poco a poco, las personas puedan establecer vínculos enriquecedores y encuentren un lugar para su sociabilización profesional.

2. La creación de espacios en la intermediación pública para conocerse: La gamificación de la intermediación.

De las experiencias relacionadas directamente con la intermediación ya he hablado aquí. Todos sabemos de las posibilidades de la intermediación tradicional, la centrada en responder a las necesidades de una empresa que lista una serie de características, criterios y requisitos que precisa. Pero existen más opciones. Como las que sin perder de vista las competencias específicas para el trabajo se centran en el conocimiento de las personas, en lograr un mínimo de engagement entre personas y responsables de las empresas. A mi siempre me han gustado los cursos con compromiso de contratación y los eventos de networking. Creo que con los CCC se consiguen muchas cosas pero, cuando menos en mi entorno más próximo, la tendencia ha sido a su desaparición. Por otra parte los eventos de Networking que se generan con un contenido específico (por ejemplo con personas y empresas de un sector concreto) son muy interesantes. A mi siempre me han funcionado muy bien. Eso si, convocados sin ningún compromiso, sin que haya una oferta de empleo por medio y sin CV’s.

3. La generación de espacios grupales para tratar temas como el autoempleo: el ejemplo de Brighton.

En España, cuando menos en mi entorno más inmediato, la promoción de las posibilidades del autoempleo siempre ha estado demasiado centrata en ofrecer formación. Es cierto que se han multiplicado otras ideas de apoyo y asesoramiento (algunas con muy buen resultado como 3DS o Vía Vigo). Aún así creo que faltan propuestas que sirvan para amparar de manera más continuada procesos de autoempleo, como sociedad o de forma autónoma.

Menciono Brighton porque recuerdo leer en prensa las declaraciones del director del Jobcenter local en las que mencionaba esta experiencia como la más satisfactoria en su carrera reciente. Cuando la crisis impacto allí se encontraron con un buen número de profesionales técnicos que venían trabajando para empresas que no pudieron mantenerse. Con ellos crearon grupos que se reunían periódicamente en la misma oficina y fueron avanzando desde la simple conversación para generar confianza y hábitos, hasta el ejercicio profesional por cuenta propia. En este caso se trataba de aplicar lo que Google ha descubierto que pasa en los grupos de alto rendimiento, que el grupo es un lugar donde las personas se sienten protegidas.

En España las lanzaderas de empleo y alguna que otra experiencia más van en esta linea. Y parecen funcionar muy bien. Así que, la pregunta es evidente ¿ Por qué no se multiplican estas actividades en las Políticas Activas de Empleo ? ¿ Por qué son tan escasas ?